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Alianza Indron
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Indron Caminarrobles es un druida elfo de la noche miembro guardián de El Círculo de Roble. Tras la Guerra contra el Rey Exánime, ayuda a la Alianza a enfrentarse al Cataclismo que se acerca con algún tipo de corrupción en su interior.

Biografía[]

La Guerra de los Ancestros y el Sueño Esmeralda[]

Indron Caminarrobles es uno de los ancestros druidas que estudian la naturaleza e intentan protegerla. Nacido hace más de 10.000 años, cuando los elfos de la noche eran señores de Kalimdor, creció como druida al amparo de Shan'do Tempestira, al igual que tantos otros que desconfiaban de los poderes de los Altonatos de la emperatriz Azshara. Cuando sobrevino la Guerra de los Ancestros, Indron luchó del lado de los druidas frente a la Legión Ardiente. Después de que se obtuviera la victoria, a un alto precio, Indron entró como el resto de los druidas en un túmulo sagrado al sur de Vallefresno, donde permaneció en el Sueño Esmeralda durante las largas edades que se sucedieron.

El despertar y un nuevo mundo[]

Cuando la Legión Ardiente regresó a Azeroth durante la Tercera Guerra, Indron fue parte de un grupo de druidas que no pudieron ser despertados por Tyrande Susurravientos para combatir, debido a que el túmulo de Dor'Danil en el que se encontraba estaba en una zona ya controlada por la Horda. Después de terminada la guerra, un grupo de Renegados logró alcanzar Dor'Danil, y realizar sus macabros experimentos con muchos de los druidas durmientes que se hallaban en el interior del túmulo. Despertando a una pesadilla incluso más terrible que la que empezaba a azotar el Sueño Esmeralda, Indron descubrió su cuerpo debilitado por los venenos.Sus hermanos druidas, con los que había compartido la vigilancia en el Sueño durante 10.000 años habían enloquecido y caído en la no-muerte y los bosques de Vallefresno habían sido invadidos por los Renegados, la Legión y los orcos.

Logró escapar a duras penas del túmulo, y tras llegar a Astranaar descubrió que el mundo había cambiado mucho desde que entró en el Sueño. Con Vallefresno en conflicto, viajó a la nueva patria de los kaldorei, Teldrassil, para curarse de sus heridas y del impacto de su despertar. Poniéndose al servicio del Círculo Cenarion, viajó por primera vez a los Reinos del Este, donde entabló contacto con las otras razas de la Alianza. En esta época se encontraba maravillado por todo lo que veía, desde el creciente poder de los humanos hasta las invenciones de los gnomos. En Forjaz conoció al padre Rumbar, un anciano sacerdote enano que lo introdujo en el Gran Concilio, hermandad en la que conserva grandes amigos y en la que aprendió el valor de la colaboración entre distintas razas.

La corrupción demoníaca y la bendición de Elune[]

Aunque en aquella época Terrallende ya había sido invadida por la Alianza y la Horda y la Legión derrotada en su mayoría, un mundo más allá del Portal Oscuro estaba todavía en una situación más desesperada que Azeroth, por lo que Indron viajó hasta Terrallende en la esperanza de traer sanación a esa tierra. Sin embargo, a medida que luchaba contra la corrupción demoníaca, una nueva oscuridad empezó a penetrar en su interior... Considerando que Terrallende era un mundo más allá de cualquier salvación, y que los magos deberían unir su poder para volver a cerrar el Portal, Indron regresó a Azeroth, sólo parcialmente consciente de la corrupción demoníaca que traía consigo. Volviéndose cada vez más violento, Indron atacó con furia indiscriminada a los miembros de la Horda, llevando con él un odio que nunca antes había conocido.

Sin embargo, sintió la voz de Elune desde los confines helados de Rasganorte, adonde viajó aprovechando el despliegue de tropas de la Alianza en ese continente. Finalmente, una misión espiritual de purificación lo llevó hasta un altar en las montañas heladas de Rasganorte. Allí logró purificarse, luchando contra la oscuridad que había traído de Terrallende. De esta forma recibió la gran bendición de Elune, que le permitió asumir la forma de un lechúcico lunar e invocar el poder de la luna y las estrellas otorgado por la diosa. Con la mente clara otra vez, Indron comprendió la importancia de luchar contra la Plaga.

El Círculo de Roble[]

Preocupado por la creciente arrogancia de los humanos y el papel secundario de los elfos y sus asuntos dentro de la Alianza, Indron buscó la ayuda de otros elfos para fundar el Círculo de Roble bajo la supervisión tanto de las sacerdotisas de Elune como de los druidas del Círculo Cenarion, en un intento de traer paz a las disputas internas que debilitan a los elfos de la noche. Ahora lucha activamente para proteger las tierras élficas, así como celebrar los dones de Elune y Cenarius. Junto con sus amigos del Círculo de Roble, como Nämarie o Isdruix, ha conseguido algunas victorias importantes, como la derrota de la Horda en la Batalla de Astranaar.

Un futuro incierto[]

Sin embargo, al terminar la guerra contra el Rey Exánime, Indron notaba que sus días llegaban a su fin. Con la inmortalidad perdida tras la batalla del Monte Hyjal, y muy anciano y debilitado por los conflictos, Indron se preparó mentalmente para la muerte que le llegaría pronto entrando en un trance en el Sueño Esmeralda, donde permaneció durante meses. No obstante, los caminos oníricos del Sueño le mostraron visiones parciales de una catástrofe por venir, un cataclismo como no había visto el mundo desde hacía 10.000 años. Sabiendo que sus habilidades de restauración podrían ser vitales en el mundo por venir, Indron realizó algún tipo de ritual en las zonas poco transitadas del Sueño Esmeralda, y ha despertado con un cuerpo rejuvenecido que extraña mucho a otros elfos, así como una pulsión de vida desconocida hasta entonces. Nadie sabe con qué entidad ha pactado Indron su rejuvenecimiento, ni qué precio ha pagado, pero algunos sacerdotes de Ventormenta han notado una nueva oscuridad en él... Como sus habilidades de sanación son apreciadas, tampoco hacen preguntas...

Estado actual[]

Desaparecido.

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